La Fidelidad de Dios
El consuelo y la guía del Buen Pastor
El Señor es mi pastor, nada me faltará,
En verdes pastos me hace descansar.
Junto a aguas de reposo me conduce en paz,
Restaura mi alma con su amor eficaz.
Me guía por sendas de justicia fiel,
Por amor de su nombre, oh Emmanuel.
Aunque ande en valle de sombra y muerte,
No temeré mal alguno, Tú estás fuerte.
Tu vara y tu cayado me infunden aliento,
Me preparas mesa en presencia de mis enemigos violento.
Unges mi cabeza con aceite puro,
Mi copa rebosa, consuelo seguro.
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán,
Todos los días de mi vida conmigo estarán.
Y en la casa del Señor moraré sin fin,
Por largos días, eternidad sin fin.
Oh salmo veintitrés, cántico de consuelo eterno,
Tus versos resuenan con amor moderno.
En Ti hallamos paz y dirección segura,
Tu fidelidad nos guía en senda pura.
Tus palabras son bálsamo para el corazón cansado,
Refugio y fuerza para el alma aliviado.
Dios de fidelidad y guía constante,
En Ti confiamos, nuestro Pastor vigilante.
Cada oración mía es un clamor sentido,
Tú escuchas mi ruego con oído prendido.
Señor justo, Pastor fiel y verdadero,
En Ti hallo consuelo en todo sendero.
Oh salmo veintitrés, himno de fe y esperanza viva,
Tus enseñanzas son luz en senda activa.
El Señor es guía que nunca falla ni cede,
En Su amor hallaremos dirección que precede.
Inspirado en el Salmo 23
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